En tu sangre se guardó mi nombre,
una imagen le cerró las puertas
y aunque ya por ti no llore,
tu amor egoísta me aferra...
como asida a tu mano para siempre,
como dueño de llamarme a toda hora
cual si parte de tu cuerpo fuese
diminuta quedé en tu sombra.
mi nombre se cuajó en tu impulso,
entre tus brazos se abrigó mi ser,
unos trazos que dicen al mundo
a quien pertenece tu querer...
El nombre de la persona amada, formando parte de nuestro torrente sanguíneo a través de un tatuaje. Eterno el amor, eterno el tatuaje en apariencia, pero nada es indeleble.
ResponderEliminarTodo se puede agostar con el tiempo, los agentes externos pueden erosionar todo, menos la poesía que siempre es un billete a la eternidad.
Un hermoso poema.
Un saludo.
Con el vaiven de las olas, llegué a este mar de lindas amapolas,
ResponderEliminarme encantó este poema lírico y hermoso.
Por aquí me quedó con tu permiso. Saludos