martes, 15 de marzo de 2011

El Camino




Hasta tu puerta el trecho es infinito,
tu espacio dilata si me acerco,
tus manos se evaporan en mis dedos
el tiempo trasmuta en suplicio.

El viaje hasta tu lecho es eterno,
plagado de escombros que me frenan,
camino, corro y a veces vuelo,
pero mis caricias no te llegan.

El sendero se hizo en subida,
como si fuera a llegar al cielo,
donde las nubes livianas me privan
del contacto con tu cuerpo.

Cada noche emprendo el camino,
por sitios serenos de ensueños,
rastreo tus pasos, tu aroma sigo
y en el umbral de tu alma despierto.

Sinuoso el sendero que he recorrido,
brazos cansados, boca sedienta,
los ojos secos, los pies doloridos,
cuando llego otra vez te alejas.

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