DEMENCIA
se apodera como monstruo de
los hilos
oprimiendo hasta la asfixia
la razón,
confundiendo los tiempos y
los sitios
las palabras, los silencios,
Dios.
Obstruye los senderos que
convergen
en cautos recovecos
marginados,
donde apura la presión hasta
la muerte
de neuronas que se van
secando.
Es la mano que sujeta
despiadada
las alas de los vuelos intuidos,
haciendo de los sueños trampas
de los proyectos olvidos.
Es la grieta que se abre fría
en un intento de espasmo
cerca, abrazada a una risa
pero también dentro del
llanto.
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