domingo, 3 de enero de 2010

FISURA


Una raja invisible, diminuta,

cual soplo de brisa en la flor,

cual golpe delicado de la luna,

hirió la piel de mi corazón

Como una herida que tal vez no sangra,

como una lágrima que no humedece,

como un dolor que de dolor se calla,

casi agonía antes de la muerte.

Como caricia que silente roza,

como el ocaso, ni luz ni a oscuras,

ni rota ni sana, ni partes ni toda,

es menos que un quiebre, la fisura.

Tanto o más dañina que una grieta,

dejando fluir la vida sin premura

doliendo con sadismo que no espera,

hasta explotar en absoluta.

Fuerte e indecisa pero hábil

tan serena como degradante,

poco a poco pero tajante,

divide, separa, la fisura.

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